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Hace ahora un año que se comenzó a plantear la idea de una remodelación a este hotel ubicado en el pueblo mágico de San Miguel, pero lo que Olga tenía muy claro es que con unas ideas como las que tenía en mente, podría lograr un cambio significativo en el proyecto, además de generar el ambiente perfecto a la altura del espacio ya existente.

"Lo que intenté es crear una mezcla personal, ecléctica, con toques clásicos y mediterráneos", afirma. Para hacer esto, una de las cosas más importantes es conocer la historia detrás de cada plan y de esta manera plasmar un diseño único para el cliente, generando una propuesta a partir de las necesidades personales.

En el caso de este hotel, el hilo conductor fue el estilo hípico. Según Hanono todas las ciudades que beben del lenguaje de "polo" se ven igual de enigmáticas y exóticas. Así que, su propuesta es que además de este nexo, su esencia se vea reflejada a través de elementos estéticos y originales que hagan del espacio un lugar bello y cálido.

El gran desafío al que me enfrenté fue enaltecer la belleza del paisaje con los interiores y con la arquitectura para lograr un proyecto homogéneo, elegante, único y ad hoc al entorno.

Pero, ¿cómo combinar la personalidad de San Miguel con este giro contemporáneo? A través de una fórmula que requiere una síntesis de varios elementos hasta encontrar el equilibrio: combinación de muebles, piezas de arte, antigüedades, libros, textiles, etc..., provenientes de varias partes del mundo. Los cuadros, por ejemplo, son de Hermès, los elementos antiguos marroquíes y los tapetes y artesanías mexicanas. 

Pero aquí lo más importante, nos comenta en confianza, es que los materiales transmitan la sensación de permanencia, así como la base del cuadro que está por pintarse pero que queremos que perdure en el tiempo a través de la propuesta creativa.