En una combinación perfecta con su ambiente desértico y tan solo cinco habitaciones, Al Faya Lodge surge sobre dos edificios de piedra construidos en la década de los años 60, que en su momento albergaban una clínica y una tienda de comestibles.
A estos dos edificios, se les suma uno de nueva construcción, similar a la sencillez de los anteriores, y que completa la parte de confort y bienestar: el spa. Las tres estructuras rectangulares están separadas por una carretera, manteniendo el restaurante y la recepción a un lado y las habitaciones y el edificio del spa en el otro.
Para poder resistir a las condiciones adversas de la región, en el desierto de Sharjah (Emiratos Árabes Unidos) Jonathan Ashmore y su estudio ANARCHITECT, baso su construcción en piedra y concreto de origen local, ya que la masa térmica reduce las cargas de calefacción y refrigeración, así como una mezcla armónica con el edificio existente. La formación del complejo y sus volúmenes, entre los que se enlazan patios y terrazas, hacen que los espacios exteriores estén perfectamente protegidos de la lluvia y las tormentas de arena.
Las condiciones del desierto presentan un calor extremo en verano con una exposición intensa y prolongada al sol, por lo que es importante tener en cuenta estos factores al diseñar la forma y la masa del edificio y, en segundo lugar, la selección de materiales adecuados y robustos que van de la mano. Estos lugares desérticos están expuestos a todos los elementos, no solo a la luz solar; lluvia torrencial, tormentas de arena y bajas temperaturas por la noche. La construcción de piedra o concreto de origen local proporciona una gran masa térmica para hacer frente a estos extremos con respecto a las fluctuaciones de temperatura –Jonathan Ashmore
Los colores originales y neutros de la construcción contrastan con los tonos oxidados de las superficies de acero CorTen, además de marcar las intervenciones arquitectónicas. Debido a los yacimiento de hierro del lugar, el detalle en cuanto a color sirve de adorno al fluir monocromático. Un retiro íntimo que permite la desconexión y el disfrute de un spa y piscina de agua salada, así como de unas vistas enmarcadas al entorno natural; cada uno de sus espacios está estrechamente conectado con el paisaje del desierto, incluso de noche, gracias a lucernarios ubicados estratégicamente.
