Milenaria y natural, la arquitectura japonesa es famosa por su conciencia con el medio ambiente y la forma en la que sus construcciones parecen encajar por sí solas, también destaca por ser una de las zonas más desarrolladas de Asia y una potencia mundial, además de su herencia cultural.
Puede rastrearse desde el año 665 a. C. La aparición del budismo en el año 538 ocasionó un giro en el estilo japonés gracias a la cantidad de arquitectos coreanos y chinos que llegaron al país.
Su estilo es una mezcla propia con influencia china, el uso de madera es fundamental ya que se adapta a los diferentes climas de la región, muy frío durante el invierno y caluroso en verano. Algo que destaca en esta arquitectura es el ensamble, un sistema estructural que funciona con cortes y uniones de madera sin necesidad de utilizar clavos, tornillos, o cualquier tipo de unión fuera de la misma. Los antiguos artesanos japoneses presentaron el arte de la simpleza y el carácter propio de la madera gracias al ensamblaje, que a pesar de la complejidad del montaje, conserva el arte detrás de los cortes, flexión, compresión y balance con en cual encajan las piezas de una construcción.
Un ejemplo de arquitectura tradicional japonesa puede ser el templo Horyu-ji ubicado en la localidad de Nara y su construcción data del período Asuka (552-710). Su diseño jamás ha sido alterado, la deidad que lo representa se encuentra posicionada en el centro del recinto y es considerada como la estructura de madera más antigua del mundo.
Otro periodo de esta arquitectura que vale la pena mencionar es el Hejan. Aquí, el sacerdote Kukai viajó a China para estudiar Shingon (una forma de budismo Vajrayana introducido en el año 806), y con esto comenzaron a construir los templos en las montañas para alejarse del caos de las ciudades, gracias a ello su diseño se transformó en algo más rústico. Las casas de té y el ritual que las domina se debe a la época Kamakura (1185-1333), donde las construcciones se enfocaron en el estilo de casa rural, con materiales naturales y cuyos tejidos fueron las principales armas.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el estilo japonés presenció un cambio importante, la tecnología y la necesidad de restauración fueron las principales causas. En esta época se mezclan los elementos tradicionales con los avances tecnológicos; las proporciones, el espacio, los jardines y las ganas de urbanizar, se vuelven piezas fundamentales en los diseños abriendo camino a la arquitectura japonesa moderna.
Kenzo Tange es uno de los arquitectos más reconocidos de la época, siendo el responsable de construir los gimnasios nacionales para los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964. Dos edificios, el principal evoca a una pagoda japonesa, mientras que el segundo, además de ser más pequeño, parece una concha de caracol; ambos se han convertido en ejemplos de lo moderno.
Shigeru Ban es otro ejemplo, conocido por su uso innovador de materiales y por su “arquitectura de emergencia” que se ve reflejada en sus esfuerzos humanitarios entre ellos, el Proyecto Nepal que consistió en reconstruir hogares para las víctimas del terremoto en 2015. Su carrera ha sido reconocida con múltiples títulos, como el Premio Pritzker 2014, bajo la cita “un profesor comprometido que no solo representa un modelo a seguir para la generación más joven, sino también una fuente de inspiración”, convirtiéndose en el séptimo arquitecto japonés en adquirirlo(*). Entre sus obras destaca la Catedral de cartón en Nueva Zelanda, una estructura simple compuesta de tubos de papel de igual longitud y contenedores de seis metros. Los tubos están revestidos con poliuretano resistente al agua y retardantes de llama, que el arquitecto comenzó a desarrollar en 1986.
Sou Fujimoto fundó su despacho en el 2000 y a pesar de ser reciente, su trabajo se ha destacado por el carácter personal de cada uno de sus proyectos, entre los que más destacan se encuentran la Biblioteca y Museo de la Facultad de Artes de Musashino (2010), Centro infantil de rehabilitación psiquiátrica en Hokkaido (2006) y La casa antes de la casa (2008), un proyecto que reflexiona sobre las casas del futuro.
Estos son solo algunos ejemplos de arquitectos japoneses, prueba de que Japón es uno de los países con más historia y que, actualmente, encabeza la arquitectura moderna.