El nuevo parque botánico de la ciudad de Hengshui, en China, es principalmente una muestra de plantas, alfarería y arte floral, pero el proyecto comenzó con un horno de ladrillo abandonado, y lo que hoy viene a recordar el despacho de arquitecutura que lo reconvirtió es la historia dentro de una nueva arquitectura.
El nuevo edificio es una instalación pública que contrasta con el antiguo horno que era un edficio dedicado en exclusiva a la producción industrial. Con el fin de conectarse con la historia del espacio, el centro y su composición está programado con funciones y experiencias contemporáneas, esperando conectar el pasado y el presente con el lugar.
La torre de observación conserva el símbolo y la memoria de la chimenea anterior e, incluso, se permite el acceso a la torre a los visitantes. La secuencia de habitaciones abovedadas se ve interrumpida por varios patios más pequeños que conectan el interior con sus alrededores.
Los ladrillos se utilizaron como los materiales principales en toda la construcción y se convirtieron en un medio para recordar la textura y el uso anterior del lugar. En la fachada se usan varios patrones de ladrillo apilado para generrar translucidez, rompiendo de esta forma la pesadez de la una pared completa de ladrillo. Si bien el diseño de la torre hace referencia a un horno tradicional, la nueva arquitectura mantiene una composición contemporánea a través de la conectividad con el entorno y la experiencia con el usuario.
Las paredes perforadas dan el grado preciso de transparencia a ciertas áreas y permiten que la luz del día ingrese en los interiores, creando patrones de luces y sombras.